A ese árabe lo arrestaron en Nørrebro hace como un año.

Todavía me acuerdo del caso.

La historia sobre él y su célula militar talibano - terrorista, se contó en todos los medios de comunicación escandinavos.

Nuevas leyes anti-terroristas fueron aprobadas. La seguridad nacional tomó nuevas medidas. La privacidad se vio nuevamente violada por organismos que trabajan en nombre de la seguridad del estado.

Hoy, un año después, dicen en las noticias que está apelando una indemnización de 1.4 millones ante la corte mayor, por falso arresto y difamación. Reportan que anteriormente el gobierno danés le ha ofrecido 1,1 millón de coronas danesas (la moneda nacional).

El ex-acusado explica que nunca aceptó aquella oferta, no por codicia, ya que trabaja de taxista en el Uber clandestino y no le falta el dinero, pero porque si no hubiera apelado, no hubiera salido en la television. Y concluye: “…Un millón de coronas no limpiarán mi nombre, ni mi cara, ante los 5 millones de personas que presenciaron mi arresto por televisión“.