Volviendo, este poema lo debo desde hace casi ocho años.


MI BARCA



Mi barca en su utopía
invoca las distancias,
mi soledad amarrada
por sus cabos de esparto
a las bitas cansinas
de mi muelle desierto
se ha rendido a las fuerzas
que liberan sus ansias.

Perdona el egoísmo
de mi deseo inconsulto,
nunca te llevo ausente,
si es al mar es contigo,
en el crisol fundente
del metal de mis años
mi pluma halló el impulso
para esculpir tu nombre,
y eres en tinta-fuego
grabado inapelable
del papiro de mi alma
que ya borrar no puedo.

Quisiera ser el Arca
que zarpó en aquel tiempo,
la nave fascinada
y embebida de vientos
con sus velas hinchadas
y las venas ardiendo
que atravesó el planeta
impulsada en tus versos.
Navegaré horizontes,
regresaré a este puerto,
aunque acunen las olas
me mantendré despierto,
mientras el sol me toque
jamás estaré muerto.

Es mi proa una daga
que corta con su filo
los tendones azules
de las aguas del tiempo,
desandará los cauces
cuando amaine su aliento
a reparar los rumbos
en su propia simiente
y a aliviar la fatiga
descansando en sus letras,
porque está en el destino
de los barcos sin puerto
retornar a las aguas
que amaron sus momentos.