Luna de media noche

En una noche de invierno cuando la Luna llena estaba en su apogeo y más que Luna parecía un enorme Sol, Victoria miraba el reloj junto a la ventana.
Las doce horas marcaban las manecillas de dicho reloj y las campanas comenzarían a sonar en pocos segundos, era un enorme carrillón de pie herencia de su bisabuelo al que cuidaba como si fuera de oro.
Al comenzar a sonar Victoria no se sobresaltó como lo hiciera muchas veces, el sonido parecía diferente, más melodioso y se dispuso a mirar por la ventana ya que se encontraba como siempre despierta el sueño para ella no llegaba hasta la madrugada ya que estaba de licencia y acostumbraba a dormir por las mañanas más que de costumbre.
La casa de Victoria era muy bella, enormes ventanas cubiertas por cortinas importadas y así era su casa, sus padres viajaban mucho y de cada país traían algo hermoso y de valor para la casa.
Se encontraba sola, sus padres viajaban esa misma noche quién sabe a qué lugar del mundo pero ella no los acompañaba, prefería la soledad de su casa o la compañía de sus amigos a la de ellos, su estilo de vida era diferente, mientras que ellos vivían dentro del lujo que su dinero podía comprar, ella era sencilla.
La noche se presentaba muy fría y todos sabemos que en invierno cuando el cielo está despejado de nubes son las más hermosas las estrellas brillaban tanto que casi parecía de día y sumando el resplandor de la Luna ésta era una noche mágica.
Victoria aún no se había puesto su ropa de dormir y estaba muy hermosa, tanto como lo puede ser una muchacha de veinte años, feliz y conforme con ella misma.
El timbre de su casa sonó y esto sí que le llamó la atención por la hora pero bajó las escaleras hasta llegar a la planta baja y antes de abrir tomó las precauciones necesarias, preguntó quién era y qué deseaba mientras que del otro lado de la puerta un joven apuesto y muy bien vestido le dijo lo siguiente:
___Por favor permítame entrar o llame a la policía, me viene siguiendo para robarme
, pude esconderme entre los arbustos pero tengo miedo que me encuentren.
___No se preocupe, llamaré a la policía pero como comprenderá no puedo permitirle su ingreso a mi casa.
___Muchas gracias es usted muy inteligente.
Victoria llamó de inmediato a la policía y a los pocos minutos una patrulla estaba en su casa.
El muchacho que resultó ser vecino contó a la policía que volvía de la facultad cuando fue interceptado por dos hombres que intentaron robarle pero él corría más rápido que ellos y logró sacar ventaja y así fue que vio la luz encendida en esa casa y decidió pedir ayuda, contó que a pesar de que en su casa había gente, no sólo no oirían el teléfono por estar dormidos sino que sus padres eran bastante mayor y no podía asustarlos aunque imaginaba que ni siquiera oirían el teléfono, no eran amantes de los celulares, chapados a la antigua y que además al intentar llamar a la policía se dio cuenta de que su flamante celular estaba sin batería y que en el camino había dejado caer las llaves ya que no las tenía en su bolsillo.
La policía oyó todo esto pero prefirió llevar al muchacho a la comisaría, por las dudas, eso dijeron.
Luego de aclarado todo, de saber quién era dicho perseguido y de terminar el papeleo, se ofrecieron llevarlo hasta su casa que quedaba a cinco cuadras de la casa de Victoria.
Dándoles las gracias a la policía, Marcelo que así se llamaba, entró en su casa.
Al día siguiente Marcelo con enorme ramo de rosas hacía sonar el timbre de la casa de Victoria que ya estaba levantada y vestida para ir a almorzar a algún lugar, cuando sus padres viajaban ella no cocinaba, no era que no le agradara, por el contrario, cocinaba muy bien pero al estar sola pensaba que era una pérdida de tiempo.
Abrió la puerta para encontrarse con aquellas rosas rojas que le llamó la atención pero la verdad era que no esperaba volver a ver al muchacho de la noche anterior tan apuesto y bueno.. para qué mentir, si deseaba volver a verlo, bajo la luz de aquella hermosa Luna se había imaginado todo un cuento donde ella era la heroína y salvaba al perseguido y donde no faltaban campanas de boda y el largo viaje por mar a tierras lejanas junto a su flamante esposo pero la realidad la trajo de vuelta y estaba asombrada? La verdad es que no sé pero sí muy emocionada, le parecía un sueño volver a ver semejante ejemplar de hombre y caballero a más no poder.
___Señorita Victoria, vengo a agradecerle por lo de anoche y a traerle este humilde ramo de rosas por lo que hizo por mí.
___Muchísimas gracias pero no debió hacerlo ¿cómo dijo que es su nombre?
___Me llamo Marcelo y vivo a cinco cuadras de su casa además vengo a invitarla a almorzar y a contarle todo lo que pasó anoche si acepta.
___En este momento me dirigía a algún lugar donde poder almorzar y acepto.
Ya en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Victoria y Marcelo charlaban como viejos amigos, él le contó que la policía había encontrado a los ladrones y que ya estaban detenidos, que sus llaves aparecieron a dos cuadras del lugar cuando la policía lo llevaba a su casa, estaban en la mitad de la calle y tuvieron que frenar para no pisarlas con las ruedas de la patrulla porque gracias a la luna el lugar parecía de día, también le contó que estudiaba abogacía, que le faltaba un año para recibirse y muchas otras cosas mientras Victoria escuchaba y no dejaba de mirar sus hermosos ojos grises y el mechón de cabello negro que caía impertinente sobre su frente.
___Ahora es mi turno, dijo la muchacha, estudio economía y me faltan aún tres años para poder recibirme pero me encantan los números y me parece muy fácil la carrera, vivo con mis padres que ahora están de viaje pero ni bien me reciba pienso mudarme a un apartamento sola, mis padres a veces pueden ser un tanto dispersos y se ocupan uno del otro más que de mi, no digo que no me quieran pero a veces me hace falta compañía porque ellos viven viajando, en fin que ya sabes todo de mi dijo riendo como sólo lo puede hacer una muchacha simple y casi enamorada ruborizándose acto seguido.
De ahí en más la amistad siguió y con el tiempo, cuando los dos estaban recibidos, llegó el día de la boda tan anhelado por ellos, Victoria era la novia más hermosa que haya visto y Marcelo impactante.
El viaje de bodas a Grecia, pagado por los suegros de ambos fue de ensueño.
Pasados los años la pareja feliz jamás dejó de serlo, los altibajos de la vida no los sorprendió y siguieron juntos por el resto de sus vidas, con amor y paciencia y cuando los hijos tuvieron edad de comprender les contaron que gracias a una Luna llena en una noche de invierno, ellos estaban en este mundo.
Y colorín colorado este cuento se ha terminado.
Omenia.
Dedicado a todo aquél que sea soñador y que muchas veces me ha dicho que en mis cuentos hay más cadáveres que en el cementerio jajajaja (Muchas gracias por leer algo a lo que no estoy acostumbrada a escribir)