Enciendo un cigarrillo de marihuana que tiene las clásicas dimensiones de un gran habano cubano; acompaño el humeante y alucinógeno "porro" junto a un whisky con dos hielos. Y antes de decidirme a desnudarme inhalo dos gruesas líneas de cocaína.
Desde el balcón del séptimo piso del edificio en donde me encuentro observo con holgura la desenfrenada "fiesta/orgia" que se desarrolla en la improvisada pista de "baile/recamara" situada en el estacionamiento de nuestro condominio.
Paradójicamente cruzando la calle y a solo un par de metros de distancia se sitúa "La iglesia Pentecostal del séptimo día" que a esta hora de la tarde se encuentra repleta de feligreses, todos desesperados lloran al unísono pidiendo por la eternidad de sus almas.
Te estarás preguntando qué es lo que llevó a toda esta cacofonía de comportamientos. Y la respuesta es simple; si alzas tu mirada a los cielos serás testigo de un movimiento indeseado e inesperado, la luna está solo a un par de horas de colisionar con nuestro planeta. Así es, el choque es inevitable.
Finalmente pasó lo que se temió durante tantos años; el presidente de Corea del norte Kim Jong-un ordena la invasión de Corea Del sur; y ante la súbita ocupación el territorio atacado solicita la urgente intervención de su principal aliado, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump.
El mandatario americano rápidamente moviliza las tropas de elite para derrocar al dictador asiático quién sin pensarlo dos veces decreta una demencial embestida nuclear. Nueva York, Los Angeles, Chicago, Philadelphia y varias ciudades son literalmente borradas del mapa, el contra ataque del multimillonario presidente y líder de los aliados no se hace esperar, y sin medir consecuencias repele la invasión con todas las fuerzas atómicas que posee aniquilando sin piedad lo que camina, se arrastra y vuela en gran parte de Asia Oriental.
Pero lo que nadie se imaginaba era que Kim Jong-un tenía un "As bajo la manga" por años cavó un agujero hacia el centro del planeta; el mundo pensaba que probaban proyectiles tácticos pero la opinión pública estaba equivocada; aquellos ensayos eran secretas detonaciones perforadoras. Prácticamente solo le llevó una década cavar los 5.155 kilómetros de profundidad hasta el mismísimo núcleo interno de la tierra; aquella masa líquida formada por una esfera de hierro y níquel de 1.216 km de radio.
Luego en un movimiento digno de su paranoia y psicopatía congénita el dictador instaló cerca de cincuenta ojivas nucleares que detonó antes de morir. A nivel mundial hubo terremotos que superaron los veinte grados Richter (Nunca antes se había visto tal nivel de destrucción) varios continentes se despedazaron y a consecuencias de estos movimientos telúricos gran parte de las zonas costeras fueron azotadas por inundaciones apocalípticas. Japón, Australia, Cuba, Islandia, Bahamas, Barbados, Filipinas y otras islas desaparecieron completamente. Lo peor de todo no fue eso; lo verdaderamente aterrador es que el eje del planeta perdió estabilidad y literalmente vamos en directa colisión con nuestra luna.
Bueno eso es todo lo que puedo relatarles respecto a los sucesos ocurridos durante las últimas horas.
Quienes aún nos mantenemos con vida podremos elegir como morir, pudiendo optar entre aquella "fiesta/orgia" del fin del mundo o dentro de una iglesia rogando por tu espíritu. De todas maneras estamos jodidos.
A poto pelado y tomándome unas pastillas viagra bajo por el ascensor para unirme al desenfrenado jolgorio. ¿Vendrás conmigo o cruzarás la calle en dirección a la iglesia?