Soñaba una historia con una pareja oriental libidinosa y un bebé.No recuerdo pormenores , salvo que el devenir del suceso me desagradaba. Es difícil atrapar los sueños en su integridad.
Antes de despertar, desasosegada, se me cruzó como un chispazo la siguiente frase: si no hay cuento, es una tormenta estática. Desconozco el significado de ese aforismo atrapado al sueño cuyo sentido último se me escapa.Solo sé que brillaba más que la propia historia de amantes japoneses con bebé y que por eso lo retuvo mi memoria.
Me levanté, me comí un quesito y bebí un vaso de leche que me ayudara a conciliar de nuevo el sueño reparador, no sin antes escribir esta historia sin cuento, que goza del absurdo del mundo onírico.Es tan solo un chispazo de tormenta estática. ¿ O sería extática?
Para ser este un cuento inexistente, ya ha tenido mucho éxito: sendas estrellas de sendos madrugadores uneadores.Sospecho la existencia de un uneador divino insomne, siempre al acecho de las buenas creaciones. Aunque no existan.