Nuestro secreto parte 20
“relaciones maduras”
Elsa despertó muy temprano y regresó a la ciudad a sus deberes en la televisora. Estaban presentes las elecciones en ese mismo instante y Elsa no se quedaba callada en su programa. Ahora tenía la libertad de hablar con toda claridad
-ya sabemos que estamos en elecciones y también sabemos quién será nuestro próximo presidente y que la otra empresa le ayudó. Mientras tanto me despido de esta emisión, nos estaremos mirando mañana a la misma hora. Yo soy Elsa Ferrer, buena tarde.
-señora tiene dos mensaje de África
-¿y qué dice?
-que quiere hablar con usted en privado.
-dile que me llame a la casa en la noche-
-yo le digo
Todas las tardes, Elsa llega a su casa, vacía llena de malos recuerdos. Recuerdos de cuando Emiliano le pegaba por cualquier cosa, cundo llegaba borracho y la obligaba a tener sexo con ella o cuando Elsa sabía que no había llegado por pasar la noche con sus mujeres.
-¿estás bien? – le pregunta África
-no. Bueno si
-decídete. ¿Cómo estás? ¿Qué tienes?
-ya sabes, recordando tiempos con el maldito de Emiliano.
-me imagino. Hoy vi tu programa. Ahora sí que no tienes pelos en la lengua
-de eso se trataba el cambio, hablar con la verdad. ¿Y para que querías hablar conmigo?
-es algo sobre tu suegro
-¿qué pasa con él?
-es algo muy personal y no te puedo decir en persona, me da vergüenza
-¿no te entiendo?
-el día que te dio la gana dejarme sin cuarto en la playa. Me fui a cenar con papá de Zaira y pasamos la noche juntos
-ahora sí que me dejaste sin palabras. Pero no entiendo porque te da pena hablar de eso
-tu sabes que vengo de una familia conservadora.
-pero no estás haciendo nada malo, Ismael es una buena persona y no tiene de malo que estés saliendo con él. Él no tiene compromisos, es viudo.
-no salgo con él, solo pasé la noche con él. Y no sé cómo lo tomará su hija
-normal. No tiene nada de malo
Mientras tanto en casa de Zaira…
-te noto raro desde que regresamos del viaje ¿no te gustó mi trabajo?
-no es eso. Lo que pasa es que…
-¿qué pasa? – le preguntó Zaira tomando de la mano a su padre.
-pasé la noche con tu representante
-¿en serio? ¿Tu? ¿Cuando?
-en la playa. Ya sabes, el día en que tú y ella
-si entiendo – dijo Zaira apenada. -¿pero qué tiene de malo?
-¡pues que ya estoy viejo para esto! – responde Ismael.
-claro que no. No hay edad para el amor, Elsa y yo nos amamos y ella pronto cumplirá 50 años
Continuara…