Y volví, un día antagónico:
A inicio de mes,
Con el sol coronando el cielo,
Y el alma empozada en el frío.

Solo, considerando que la espera
Es la más inútil muestra,
De un amor bucanero,
Pasajero y eterno a la vez.

Recuerdo ese corazón,
Rogando por sangrar con lágrimas,
El pecho que la sostenía,
Y la miraba despertar como niña.

Niña entre mis brazos,
Mujer en las cruces de mis labios.
Siempre amor, siempre tortuoso.

Siempre al lado del río,
Al lado de la rosa,
Entre la espina y la sequía.

Entre tu olvido y mi recuerdo,
Bajo el puente dormido,
Y tu agridulce mirada perdida.