MADRE, SÓLO HAY UNA.
Papá quiere sacarme de aquí, él quiere llevarme lejos, donde vive con otra familia, pero mamá no lo deja, sólo lo deja venir a visitarme, por eso discuten. Él quiere que yo salga, que vaya a la escuela, que tenga amigos y aprenda cosas. Pero mamá se ríe y le dice que de pendeja no tiene ni un pelo. Levanta la voz, tuerce la boca, se le pone enfrente y lo señala con el dedo: “¡TE LO HE DICHO MUCHAS VECES!”, grita, “¡PRIMERO LA MATO ANTES QUE DEJAR QUE SALGA!”. Mamá vive con ese temor.
“Un día, cuando era más chica, papá estaba triste, muy triste. Estuvo callado mucho rato sin decirme nada. Luego, como no queriendo, me preguntó si yo me sentía bien viviendo allí.´Le dije que si´. Él entonces me llamó mi princesita y me abrazó fuerte, muy fuerte. Después me miró muy fijamente, como si fuera a llorar, y se despidió dándome muchos besos y por un tiempo no peleó con mamá. Fue la vez que conocí a Justo, cuando mamá lo dejó entrar por primera vez. Pero cuando la mamá de Justo murió y papá lo trajo a vivir a casa, mamá cuenta que ´los escupió´, ´los arañó´, ´les pegó´. Ella dice que corrió a los malditos, pero papá dice que sólo arruinó su vida”.
Luego mamá cuenta que papá quería robarme. Y que ese es el motivo por el cual no salgo. Tiene miedo, y quiere que yo también lo tenga. Dice que sin ella yo moriría. Que ella es mi protectora. Mi fortaleza. Mi ángel guardián. Dice que todo lo que hace lo hace por mí. Entonces supe que mamá y Justo de chicos fueron novios, cuando los dos iban a la escuela, la secu, así dicen, y que papá de ello no sabe nada. Yo los escuché hablar de esto un día y luego muchos, muchos más, y los dos siempre reían. Mamá dice por eso que a papá le salió el tiro por la culata… ¿La culata, la culata…? ¿Qué será la culata?...
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