Cierta mañana al levantarme después de una prolongada noche de cólicos, encontré bajo mi puerta un pequeño manuscrito, escrito en neón con letras temblorosamente mayúsculas:
"RECUERDA QUE UN DIA TE VAS A MORIR"
No lo tomé como una amenaza porque mis enemigos usualmente se aburrían de mis acciones, más bien me pareció un aviso publicitario emitido por algún enterrador personal anónimo; mientras, ella dormía desnuda sobre las sabanas sucias, total, nada le espantaría del sueño.
Lo adherí a la nevera cuando comencé a colar el café.
Supuse como sería el día de mi ultimo sorbo.
Imaginé que considerando el ritmo de mi existencia, moriría una tibia mañana mientras el agua fría me restregara los microbios, casualmente ese día el tinaco estaría repleto de agua y gozoso disfrutaría la falsa sensación de la comodidad higiénica...
Al finalizar, gracias al descuido de una pasta de jabón mal ubicada, resbalaría con la cornisa, y me partiría el cráneo, un solo golpe seco bastaría para dejarme tendido sobre mi sangre y las losetas.
El radio estaría encendido tocando alguna canción de Eno (autoimposición para depurar mi anticuadísimo oído musical) pero de seguro que Brian estaría bastante ocupado allá en Londres como para venir a perder su valioso tiempo rescatando a un desconocido tercermundista.
Por fin se levantó, le molestaba la música espacial, apagó el radio antes de saludar:
- Buenos días.
- Bueno días – carraspeé para despejar la voz.
- ¿No me dejaste café? .
- Me lo bebí todo, excúsame, voy a volver a colar.
- No se te entiende nada de lo que hablas.
- La garganta, otra vez la tengo jodida.
- Sí, ya me imagino, inhalando todo ese maldito humo de tu oficina.
- No me debe afectar gran cosa, yo no fumo, quien fuma es el Jefe.
- Yo te digo que se te va a joder la garganta y oye con que me respondes, tienes meses soportándolo y no te atreves a encararlo, o por lo menos a mandarle un email exponiendo el problema total, en ese trabajo de la mierda que vas a perder si te cancelan, a eso le temes?.
- Nada, jefe es jefe donde quiera, si estuviéramos en el Norte ya le hubiera puesto una demanda.
- Tienes miedo, Facundo, y por ese jodido miedo de seguro se te está pudriendo la garganta de algún cáncer, porque tampoco visitas a un buen neumólogo, no entiendo nada de lo que dices.
(silencio)
- Sí, mejor quédate callado, a ti la flojera se te quitara cuando te saquen el galillo... sabes, a veces me pregunto si cuando me case contigo tendré que resolver yo misma cada cosa que amerite cojones, ¡coño! ¡así no se puede!
- No creas, yo también puedo resolver mis problemas.
- “Yo también puedo resolver mis problemas” cuando te la saquen, veras como el argentino ese te botará al otro día, ¿quién contratará a un maldito mudo y comemierda?
Entró al baño y la puerta retumbó tras sus espaldas.
El segundo café subió, comencé a bebérmelo con fruición, según los expertos, la cafeína constituye un excelente complemento para deteriorar cualquier sistema nervioso, sorbo a sorbo hasta que el corazon reviente.
06/09/04
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