Los rostros han perdido la nitidez del silencio, se han transformado en el ruido escandaloso del miedo escondido.
El sol los sigue iluminando, la luna sigue haciendo brillar su sueño, a pesar de que los rostros se han degradado en ausencias físicas que persiguen la nada disfrazada de felicidad.
Texto agregado el 23-11-2017, y leído por 69
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