Nuestro amor, nunca fue nuestro, fue solamente mío o simplemente nunca me dijiste qué era lo que te sucedía conmigo, fue "vos y yo" por separado. No quiero que vuelvas a lastimarme, pues, yo te he permito que lo hagas.
Me dueles, ¿quién diría que en la felicidad resplandecía también el sufrimiento? ¡Ahí en el fondo que te obstinas en no mirar!, esa es la consecuencia de los buenos momentos.
Nunca pero nunca, podré olvidar tu sonrisa ni tus ojos ni tu boca ni tu esencia ni tu mente ni el roce con tus alas, mi ángel. ¡Nunca más podré olvidarte! pero tengo tanto miedo de que me atornille el dolor en las madrugadas solitarias con tu recuerdo, con tu ausencia desgarradora.
No quiero a nadie más, sólo te quería a vos pero vos no me quisiste a mí y eso no se negocia, no puedo obligarte a que me quieras pero tampoco puedo permitir que me sigas lastimando. He deseado con todas mis fuerzas alumbrar tu alma pero me estoy llenando de sombras, tuve lapsos de oscuridad y claridad en la brevedad de tus ausencias notorias.
No veré a nadie más con la ternura que te miro a vos, no besaré con la dulzura que guardo en tus labios, no pondré mi cabeza sobre el pecho de nadie para hallar un latido, no jugaré con la nariz de nadie, no arderé de placer ni de amor por NADIE...
Siempre supe que no sería fácil, siempre supe que no serías, admito que el que llegáramos tan lejos me ha tomado por sorpresa pero es hora de irme de tu vida. Aunque deje una parte de mí en ti, aunque piense en vos a veces, aunque me muera de tanta vida sin sentido a veces.
Siento un gran dolor, algo en mí desea dormir para siempre y es el amor que estaba naciendo, es como que si un ave de rapiña se devore a un pichón que aún no ha aprendido a volar. Estamos matando este amor y yo no pienso quedarme para darle sepultura, yo no pienso quedarme y que al reencontrarnos, en alguna ocasión, se encienda la esperanza nuevamente, ¡eso no se hace, maldito diablo! No te animaste a estar con una mujer de verdad, ¡cagón!
Mi nene, tengo en claro que debo salir a enfrentar y superar mis miedos. Si no deseas acompañarme en mis batallas, lo siento pero debo irme, debo buscar la plenitud que laceras con tu incertidumbre.
Contigo he sentido algo inexplicable e infinito, algo parecido a lo absoluto del tiempo, me he sentido completa, habitas en mi piel y en mi mente, ¿será amor? ¡Joder! cómo brotan las lágrimas, ya no quiero llanto pero si es amor es capaz de sensibilizar cada fibra de nuestro interior.
No estás en estas horas y no estarás en las próximas, lo sé, reirás lejos de mí, amarás sin mí, vivirás de nuevo como si yo no hubiera existido en tu vida.
Espero que seas feliz, porque amo tu humanidad, esa preciosa humildad que enaltece tu nobleza, amo de vos absolutamente TODO y te mereces que el universo conspire a tu favor. Pero no me quieres y yo que sé muy poco sobre querencias, afrontaré como pueda tu indiferencia, limpiando los pedazos rotos y pateando toscas en plena madrugada, escribiéndote con tinta del corazón cada prosa, hasta que un buen día el olvido alivie mi alma rota.
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