De cara a la muerte la vida es diferente, la proximidad de la muerte le da significado a la vida, la amenaza de muerte le da valor a la vida. Está muriendo mi Padre y todo cambia. Me invade una lucidez incorruptible. Los recuerdos corren el velo que los nublara, respiran, abren los ojos y me hablan al oído de forma reveladora. He vivido los días con mi Padre, he disfrutado sus risas, escuchado sus palabras, llorado sus dolores… pero no lo suficiente. He comido todos los dulces del paquete y solo disfruté algunos, miro el paquete vacío con angustia y suplico uno más. La muerte es el punto final para los que quedan vivos, no para los que mueren.