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Inicio / Cuenteros Locales / jayajova / Doña Ruth y la morgue II

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Mientras tanto observaba en la ventana como el medico ponía una sabana en su rostro y ordeno a Jorge bien asustado, coger la camilla y trasladarla dos pisos abajo del hospital y yo lo seguí viendo que acontecía, vi que preparo unos papeles y le quito la sabana y le saco una mano, pero ya estaba tiesa y le tomo huellas, mientras traia un balde con agua... No quise mirar más y me fui al hotel a pensar que hacer ... Si llamar a mi hermano o por ahora no decir nada... Pero la curiosidad me coima y al rato me devolví a ver que hacia Jorge... Como era su primera vez alistando un cuerpo, la levantó e intentaba que quedara sentada, pero se le cayó dos veces, luego le subió los brazos y debido a sus intentos estaba ya tenía el dorso desnudo y por fin pude ver sus senos viejos y caídos pero hermosos, la visión no duro pues Jorge para evitar la tentación la empujo y puso bocabajo y le termino de quitar la pijama y después le puso en su cabeza un cabestrillo y vi que me miraba ya con su ojos perdidos y ya terminando su labor de desnudarla, le dio una palmada y apago la luz.

Y raudo me devolvi a la pieza, nostalgico pues ya no la vería mas, sino me preocupaba como estaria en esos momentos con la luz apagada, con los ojos abiertos, desnuda y con las piernas abiertas y no se imagino el dia anterior durmió en su camita y al otro día paso la noche en una mesa y así termino el día

Antes de las seis de la mañana, solo con un tinto y con algo de tristeza me dirigí al "laboratorio” .... Ya la tenían en una salita aparte, junto a María Lince, una niña del barrio Restrepo que se había perdido en esos días, ambas solo esperaban la autopsia. Vi que ya tenían los instrumentos en la mesa y solo las cubrían una sábana que le transparentaba todo, se le veían los pezones y la mata de pelo que cubría su vagina... Pues ahí aproveche para quedarme con ella... Por instinto y sin pensarlo aparte la sabana para ver como quedo y que no le habían hecho nada y pues la mire un ratillo ... Ella mi creadora estaba totalmente desnuda a excepción de un rosario, Jorge ya le había cerrado los ojos, pero debido a como aconteció su muerte quedo con su boca abierta y aún tenía el vientre lleno y las piernas aun llenas de las cicatrices de las varices ... Ya se sentía el frio, pero no se, se veía muy joven y en paz...

No se en que momento , pero en un instante quise tocarla, así es , lo pense mucho y me acerque mas a lo que era el cuerpo que yacía sin vida yermo y frío. Lo primero que toque del cuerpo de mi mami fue su mano pecosa, estaba rígida pero suave. Pero tenía extrañamente los pezones aun rosados, pero muy parados...

Termina en la siguiente parte

Texto agregado el 18-11-2017, y leído por 352 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
14-10-2024 Siempre hablar de la muerte impresiona y tocar esa mano rígida ,debe quedar para siempre en nuestro tacto. Ver a la madre en esas condiciones,sin nada que pudiera esconder su intimidad es muy impactante***** Un abrazo Victoria 6236013
07-03-2022 Texto tremendamente intrigante. Creo que Freud haría un análisis exhaustivo de él. Cinco aullidos sorprendidos Steve
16-12-2020 me perdí un poco pero atrapaste tu historia ... me encantó!!! quiero seguir leyendo la tercera parte ...que morboso soy jeje Lunaroja
04-10-2020 Interesante tu forma de escribir, espero poder pronto leer la segunda parte ***** jagomez
17-09-2020 La historia debe proseguir. Estamos frente a una novelista. Yo te recomendaría no poner puntuación ni sintaxis y proseguir la historia hasta terminarla. Después puedes pagar un editir y corrector de estilo o bien, iniciarte en esos placeres. Chao. Aaavedemetal
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