De pequeña pensaba
que era así de fácil.
Lo decía aquella canción.
Ese gato de acento francés
y ropa victoriana
no podía mentir...
Así crecí.
Amando los viajes
confiando en que vendrían
al oírme silbar
desarrollando el gusto
por lo steampunk
y aquel meloso idioma
-tal vez fueron otras razones,
pero ahora sólo recuerdo ésta-.
Pero crecer te sierra los ojos
nunca más podrás volver
a cerrarlos, mirar atrás...
Y de nada sirve
cualquier canción
si no hay nadie
que quiera escuchar.