En el espeso bosque.
¿Qué puedo decir en mi defensa?
Creo que eso se lo voy a dejar a mis abogados ellos sabrán qué hacer…
Todo comenzó una tarde de enero el calor era agobiante y el único lugar fresco era el bosque que aunque parezca extraño queda a pocos metros de una avenida.
Llegaba de trabajar toda la tarde en una oficina pública luego de soportar a cientos de personas que con el calor, igual que yo estaban cansados y deseando irse a sus casas en busca del aire acondicionado y allí me encontraba, tratando de ganar unas cuadras y de disfrutar un poco de sombra entre los enormes árboles cuando sin pensarlo mucho me fui adentrando en el bosque, muchas veces lo había hecho pero jamás me había puesto a pensar en lo peligroso que podía llegar a ser ese sitio después de las diecisiete horas.
Caminé rápido con una extraña sensación, a cada paso volvía mi cabeza a mirar por encima de mi hombro derecho nada se veía pero ya no me sentía cómodo, alguien o algo venía muy cerca de mi, lo presentía.
Luego de unos minutos y cuando estaba por llegar al final del recorrido, una red, como la de los pescadores cayó sobre mi tirándome al suelo y sintiendo un fuerte dolor de cabeza.
Creo que me desmayé porque al despertar me encontraba en una casa grande y muy moderna, allí no hacía calor, el ambiente era ideal, me hallaba recostado en una hamaca paraguaya y vestido con traje de baño.
Mi asombro era mayúsculo, estaba solo y aún no había visto a nadie aunque sentía el bullicio de personas que se encontraban a poca distancia en una piscina disfrutando de ella a lo grande.
No pasó mucho tiempo sin que apareciera una muchacha, se acercara y me preguntara cómo me sentía.
Antes de permitirme hablar para enterarme del motivo por el cual me encontraba allí, sin saber cómo había llegado me trajeron un vaso de agua.
Supuestamente me habían encontrado sin sentido dentro de una red y como no tenía ni billetera ni dinero, decidieron traerme a su casa para que cuando me despertara les contara cómo había ido a parar dentro de esa red.
No recordaba nada salvo que estaba en el bosque y que de pronto ya no supe qué había pasado.
La muchacha llamó a su esposo y se presentaron como Julián y Carla, propietarios de la casa donde me encontraba, les agradecí y me presenté también, soy Leonardo Capputto les dije tendiéndoles mi mano.
___Siéntese amigo.
Me dijo el dueño de la casa.
___Le voy a traer su ropa.
Me dijo la mujer y al instante tenía mi propia ropa y luego de haberme cambiado quise saber quién me la había sacado y por qué.
___No se preocupe, amigo, la ropa se la saqué yo porque estaba mojada, al parecer estaba sobre un charco de agua sucia y mi señora la hizo lavar y planchar.
Luego de saber que sólo había pasado algunas horas y de que a excepción de mi billetera y mi reloj pulsera, nada me faltaba, les agradecí y me retiré no sin antes darles mi teléfono para reunirnos alguna vez y conocernos mejor.
___Eso mismo es lo que queremos, lo vamos a llamar para que venga a pasar un rato en la piscina y ni siquiera tiene que traer traje de baño, el mío le va de mil maravillas jajajaja.
Llamé un taxi y le dije que al llegar pediría plata a mi mujer para pagarle, no quería que pensara que era algún vivo que al llegar le dijera que no tenía con que pagar.
Ya en mi casa le conté a mi señora, que estaba muy preocupada porque no había llegado y estaba por llamar a la policía todo lo que me había acontecido.
Fuimos a radicar la denuncia pero antes Teresa, mi mujer quiso pasar por la casa donde había estado y estuve de acuerdo. Tenemos un auto bastante viejo pero que funciona y nunca nos dejó a pie.
A esa hora de la noche, no vimos movimiento ninguno, era muy tarde y de madrugada era muy improbable ver a alguien levantado entonces sucedió algo que ni por un momento imaginé, la pareja que me había acogido se retiraban por la puerta trasera de la casa.
Quise llamarlos para ver si había sucedido algo pero Teresa me tapó la boca, me dijo que era muy sospechoso lo que ocurría, que mejor los seguíamos.
Nuestro auto pasó muy cerca del de ellos pero como no sabían quiénes éramos ni se fijaron en nosotros pero estando cerca lo pude ver, era mi reloj de oro, lo único que me había dejado mi padre por herencia y allí lo comprendí, el plan era perfecto, sólo tenían que encontrar a un idiota para desplumarlo y luego quién sabe qué harían cuando nos conociéramos más, estaba furioso, no sólo por lo que me habían hecho sino por haber sido tan imbécil de andar por un bosque sabiendo del peligro.
Los dejamos pasar y fuimos a la comisaría. Hicimos la denuncia y nos dijeron que no éramos los únicos.
Pocos días pasaron cuando un amigo me propuso tratar de recuperar mi reloj entonces le dije que ya no estaban en esa casa y que era difícil que los volviera a ver pero él me propuso hacer el mismo recorrido por el bosque a ver si los ladrones volvían a las andadas.
Esta vez el que pasó primero fue Felipe, mi amigo que es un joven muy corpulento y que gracias a los deportes se mantiene en perfecta condición física.
Felipe entró antes que yo al bosque y siguió el camino que le marqué anteriormente en un pequeño mapita, al llegar cerca de la salida mi pobre amigo estaba dentro de la red y con un golpe en la cabeza pero yo iba de tras de él aunque sin dejarme ver, al ver a Julián o como se llame me puse delante de él con tanta mala suerte que su revolver me apuntaba a la cabeza.
___Parece que no te alcanzó y quieres perder algo más me dijo.
Tenía tanta furia que de un manotazo le saqué el revolver de la mano y sin querer o quizá queriéndolo inconscientemente le disparé viéndole caer muerto a mis pies.
Sé que lo que hice no estuvo bien pero la impotencia de verme en una situación no sólo donde me robaron y se burlaron de mi sino que trataron de hacer lo mismo a mi amigo me sacó de las casillas. La policía fue a la casa pero como era de esperar no era de ellos, los dueños estaban en el sótano, atados y drogados.
La mujer “voló” ni la policía pudo encontrarla pero ahora que estaba sola le iba a ser muy difícil volver al mismo método de “trabajo” por lo menos mientras no consiguiera un nuevo compañero.
Omenia
|