Nada es como se dice sobre la cumbre de tus ojos negros, los tiempos idos se detienen. En la calle todo es verde, en la mirada soleada la primavera fluye, los claveles traen roció flotando entre malvones. Y aquellos sentires van abandonando las perlas del ayer, mientras los ojos sonríen mirando correr al viento. El mismo viento audaz de aquel tiempo de hoy, el mismo sabor a amor. La misma ilusión corriendo sobre el crepúsculo de la vida atraído por los colores frescos de la aventura anhelada. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO
Texto agregado el 03-11-2017, y leído por 175 visitantes. (8 votos)