En el año 2030, los científicos rusos continuaron con la investigación del sistema solar. Para ello siguieron la teoría de Von Daniken quien sostenía que la esfera es la forma perfecta para una nave espacial.
Así, comenzaron la construcción de una nave esférica con el fin de sondear el espacio interestelar.
El problema se presentó al pensar en la tripulación. La misión no era lo suficientemente segura para los humanos y requería competencias que los animales no poseían (hasta ese momento perros y monos habían sido sustitutos del hombre en misiones de tanto riesgo).
Se resolvió la creación de un cyborg que comandaría el sistema de navegación y todas las acciones de la nave. El organismo cibernético que tripularía la Soyuz rusa, Alfar, sería un feto a término que se mantendría en un medio líquido nutritivo que se renovaría continuamente. Alfar tendría el control absoluto de la nave. Su misión era explorar Ganímedes, el satélite más grande de Júpiter y el mayor del Sistema Solar. Para ello sobrevolaría el astro sin descender en él. En el cosmódromo de Vaiconur, el presidente ruso Vasili Andropov despidió a la Soyuz dando inicio al largo viaje.
Ya a una considerable distancia de la tierra, Alfar guió inteligentemente la nave a través del cinturón de asteroides que se halla entre Marte y Júpiter. Llegó posteriormente a las cercanías de Ganímedes cuyo diámetro es superior al de Mercurio. El análisis espectroscópico de la Soyuz reveló que en Ganímedes hay poca o ninguna atmósfera y que su superficie se compone eminentemente de agua helada con muy poco suelo. A su distancia del Sol, el hielo permanece incluso estable aunque quede expuesto plenamente a la luz solar y por tanto suele ser sólido. Únicamente el calor volcánico del interior podría causar erupciones y fundir los glaciares. El agua se filtraría bajo la superficie y se congelaría en formaciones parecidas a corrientes de lava.
Alfar pudo constatar que la superficie de Ganímedes presenta el aspecto de un gigantesco rompecabezas cuyas piezas parecieran haberse cambiado por otras de algún material extraño. Ganímedes, según pudo verificarse, tiene otros rasgos de interés. Unos casquetes polares blanquecinos, al parecer delgados depósitos de escarcha de agua, descienden hasta latitudes de unos 40º.
***
En ese mundo desolado, helado y rocoso que era Ganímedes, sus habitantes decidieron construir ciudades subterráneas. Esa red tenía una capital: Catópolis que era gobernada por el rey Zor.
Una construcción emergía de la ciudad. Era muy similar a las torres de control de nuestros aeropuertos; tenía como misión explorar el espacio cósmico. Científicos ganimedianos trabajaban las doscientas cincuenta horas de cada día observando y registrando los cambios en el entorno. Un día, una de las pantallas mostró una nave extraña de forma esférica sobrevolando el satélite. Zor se sintió muy molesto y dijo:
-Seguramente proviene de otro planeta. No toleraré ninguna violación de nuestro espacio cósmico: que sea derribada.
La orden fue cumplida de inmediato y un rayo fue disparado hacia la Soyuz que se precipitó al ser impactada. Los habitantes de Ganímedes eran unos seres de mediana estatura, cuyo cuerpo estaba cubierto por una suave piel amarillo-dorada. Sus ojos circulares observaban todo con aire asombrado. Se acercaron a la nave y capturaron a Alfar. Lo trasladaron a un laboratorio ubicado en la torre de observación para estudiarlo científicamente.
En Vaiconur, donde seguían el viaje de la Soyuz desde pantallas gigantes, fueron testigos impotentes de la ofensiva.
-Los ganimedianos han impactado la Soyuz -dijo Viktor Petrov, científico experto en tácticas interplanetarias-. Sin embargo, Alfar no pudo constatar la existencia de ciudades en la superficie. Puede ser que se hallen bajo tierra. Debemos recuperar a Alfar pero no podemos realizar un ataque atómico y que no hay objetivo a la vista. Nos queda otra opción: la guerra químico-bacteriológica. Disponemos del gas mostaza, el sarín, el VX y las bombas con virus de ántrax.
Los compañeros de Petrov aprobaron sus ideas. Una flotilla de veinte Soyuz al mando de Anatoli Sarkov, fue enviada a Ganímedes. Al despedirlo, el presidente ruso Vasili Andropov le dijo:
-Le deseo el mayor de los éxitos en esta guerra interplanetaria que está por comenzar. Maniobre convenientemente pues los habitantes de Ganímedes tienen armas de avanzada. Cuide las naves.
-Así lo haré, señor presidente. Soy perfectamente conciente del riesgo que corremos.
Anatoli Sarkov salió de Vaiconur un 15 de agosto de 2030. El comandante guió prudentemente la Soyuz a pesar de los enormes asteroides que amenazaban la nave permanentemente.
Al llegar a las cercanías de Ganímedes, la flotilla fue detectada por los observadores de Catópolis. Zor, embargado por violenta colera dijo:
-Nuevamente nos invaden. Prepárense para lanzarles rayos cósmicos.
Sarkov, quien poseía la ubicación de Catópolis que Alfar había enviado a la Tierra antes de ser capturado, dispuso que la flotilla descendiera sobre la torre de control formando círculos concéntricos y que se prepararan para lanzar las bombas de ántrax. Preparó los escudos de las naves para defenderse de los rayos ganimedianos los cuales no tardaron en hacerse sentir.
La guerra interplanetaria para recuperar a Alfar había comenzado.
|