RECUERDOS DEL HERMANO IDO
(Por Roberto Quezada)

Si pudiera medir el hondo de mi dolor profundo…
Si lograra contar las horas de mi pena.
Si medir consiguiera los días de su ausencia
para encontrar el ancho de mi abismo,
para encontrar el fondo de la ausencia
del hermano-amigo, parte de mi cuerpo,
mano de mi brazo, sangre de mis venas.
(La muerte es cocodrilo que acecha la rivera
y ataca cuando quiere, cuando menos se espera).
Quiero medir el ancho de mi profunda herida
por donde huyen las horas y el día se hace noche.
Y el recuerdo regresa, cuando los niños juegan
en las tardes de estío, como cuando éramos jóvenes.

(En el triste cuartito donde besé su frente,
su frente blanca y fría, inánime, inconsciente.
En el triste cuartito que señaló el principio
de mi dolor eterno y el final de su vida)

(Escrito por mi hermano mayor cuando el segundo hermano, Oliverio, dejara este mundo a los 43 años de vida)