Poema
LA NIÑA DE LA LUNA
Ayer, niña pequeña, jugaba con la luna,
le mostraba sus juegos, la invitaba a su cuarto.
Cuando crecía la contemplaba extasiada,
le susurraba poemas, le contaba sus romances.
Ahora, niña grande, la luna es el espejo en que se mira,
hoy es su confidente, su amiga y compañera.
Por las noches cantan, ríen, lloran y discuten de la vida,
hablan de los hombres, también filosofía.
Beben caipiriñas y danzan con velos color noche,
ríen con chismes y tonteras, también lloran por amor.
Cuando ríen, a carcajadas les hacen coro las estrellas
junto a todas las voces que se esconden en la noche.
Cuando cantan, con ellas, canta el viento con voz de tenor
mientras las luciérnagas titilan poniendo ritmo a la canción.
Y cuando lloran…
¡Ayyy cuando lloran!
Cuando lloran las cubren nubes de tormenta,
que al ahogarse en lágrimas de niña y luna
caen en diluvio por los campos convirtiéndose en torrentes
que en las praderas abiertas y extensas riegan el trigo,
mientras en terrenos resecos por sequías temporales,
sin piedad, arrasan riberas con las penas de la niña.
Incluido en libro: Todos los vientos
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