Hoy vino el camión de la mudanza a mi casa,hace tiempo que lo esperaba y lo recibí nerviosa,no te puedo decir otra cosa.
Me preguntaron qué por dónde empezaban y yo les respondí sin dudar:Por el principio,por lo que hace tiempo debí de mudar.
Mudar,aunque suene raro,es mejor que tirar para recordar aquello, que aunque nos pese, nunca debemos olvidar.
¡ Vayan cogiendo paquetes señores!,¡vayan liberando mi vida de lastres !,qué cuánto antes echemos el pestillo antes se verá libre este pasillo.
Y con bastante agilidad se llevaron de mi salón la impaciencia,la incomprensión que últimamente adornaba ese rincón y la falta de entendimiento junto con la apatía,que nunca debió estar en aquella estantería.
Se llevaron la caja de la desconfianza y el resto de bultos pesados iban etiquetados:«Falta de tiempo»,«falta de ternura»,«falta de risas»,esta iba atada a una bolsa grande en la que ponía:«prisa».
Así se fueron llevando todo eso que no me ayudaba,aquello que me hacía grietas en el alma.
Y cuando estuvo todo cargado,eché un vistazo al interior,a lo más profundo de mi corazón y descubrí que era mucho más grande,mucho mayor que lo que había dejado en ese furgón!.
MIRY CASTRO.