ADJETIVOS EN LA MEMORIA
Se le había evaporado la memoria. La puerta cerrada del agujero negro en el que guardaba sus recuerdos se había quedado atascada y nadie la podía abrir.
-Solo quiero ir a mi casa azul, era la única frase que se le escuchaba decir de vez en cuando.
-¿Qué casa? Le preguntó el marido, ¿de qué casa hablas?, ¿qué te sucede?, ¿por qué estás así?
-¿Tiene una casa azul?, preguntó confundido el médico.
-Nunca, jamás ha tenido una casa azul, nunca ha tenido casa. Esta es alquilada y aquí hemos vivido siempre. Aquí nacieron nuestros hijos, aquí ha sido feliz.
- Dele las píldoras para que descanse, mañana será otro día y se sentirá mejor. Si hay alguna novedad, avíseme por favor.
Esposo fiel, hijos lindos y buenos, perro fiel también, nana de la infancia, hermano menor y amiga cómplice. Todos alrededor de la cama de Marlene. El esposo fiel destapó el frasco de píldoras y sacó dos, pidió a la nana de la infancia un vaso con agua fresca. Los hijos lindos y buenos lloraron un rato y luego fueron a jugar con el perro que también era fiel. El hermano menor miró al esposo fiel y le dio que tenga calma, que eran cosas de mujeres, se despidió de todos y se marchó en su auto deportivo que derrapó en la curva cercana. La amiga cómplice alargó el brazo y le quitó el frasco de píldoras al esposo fiel.
- No la dopes, ella va a volver. Déjala volar. Confía en mí, sé lo que te digo.
El esposo fiel confió como en otras ocasiones en la amiga cómplice, besó a Marlene en la frente y desapareció de la habitación. La amiga fiel se recostó junto a ella como cuando eran pequeñas y jugaban a las lindas muñecas, le acarició los cabellos castaños, largos, y abrazadas se quedaron dormidas.
Amaneció nublado. La amiga cómplice ayudó a Marlene a vestir su traje gris, ella vistió en el mismo tono, se pusieron sus gafas grandes y oscuras y salieron so pretexto de dar un paseo por el campo.
El campo era camposanto y el muerto era el buen amante de la casa azul. La pena fue grande, pero fue pasando hasta convertirse en la llave que abría y cerraba la puerta de los recuerdos. |