Ella se enamoró con cinismo, casí desantendiendo el interés de sentirse correspondida. Ella se enamoró a sabiendas de la imposibilidad, entendiendo la complejidad del sentimiento. Así que sin dudar, sus labios esbozaron una dulce sonrisa, y la magia de su alma empezó a revolotear
Texto agregado el 13-10-2017, y leído por 94 visitantes. (5 votos)