¿QUIÉN NOS DEFIENDE DR. HOUSE...?
(Cuento corto)
Por: Daniel O. Jobbel

La frase de aquel lustrabotas loco de su dolor de cintura en la esquina de Mitre y Córdoba asusta:
-¡Que bucólico Satanás! A Dick Tracy ya no lo tenemos. ¿Qué va ser de nosotros?
El Hombre Araña acabó enredándose en sus hilos y se cagó un porrazo.
-No le hagas caso al ego del héroe, le dije. No suma.
-Usted, que inventó la tristeza, tenga hoy la fineza de desinventar. ¡No está bueno...!
-Batman y otros colgaron los trapos, y al Chapulín Colorado alguien lo tiró en un pote de basura ; los reyes del hampa, rodeados por una aureola romántica ya lo agendaron. Y los neófitos se hacen los boludos. Marvel anda en Neflix repartiendo pochoclos con el Capitán América. ¡Vergüenza amigo.!
Ahora, peatonal, Rosario.
Pandillero de dieciséis, gestos de agresión, primera víctima,
Cortaplumas en el pescuezo,
Único paseante a dicha hora.
Las imágenes de ambos se entrecruzan por segundos.
Mientras tanto, sigue dándole al trapo y a la pomada sobre unos viejos mocasines.
-La gente cree que soy una persona bastante extraña.
- Eso es incorrecto. Le dije.
-Tengo el corazón de un niño pequeño… está en un frasco de vidrio sobre mi escritorio.
¡Ohh , pucha, quién me lo mandó...! Imagino. Viñetas en Old Style enmohecidas y tinta roja coagulada, me delatan...
Un ferné con cola ayudaría a descontracturar...
Visiones oníricas en un rabo de nube. Una historieta. Algo.
- ¿O no ve usted a Robín Hood andando en roller... ?
-Todo cambia.
-¿Matute ya jubilado? Y don Gato quién sabe dónde. Y Patoruzú no asusta a nadie. ¡Qué va asustar el viejo ese...!
Hace un impasse con su gamuza y su cepillo, mira, con ojos vidriosos, con algo de culpa.
-Yo veo gente muerta, sabe.
-¿En… tus sueños?
(El Loco niega con la cabeza)
-¿Al despertarte?
(El Loco aprieta sus labios y asiente)
-¿Muertos cómo? ¿En sus tumbas?
-No; caminando, como cualquiera de nosotros. Ellos no se ven entre sí.
-¿Quién nos defiende Dr House?
-Ellos solo ven lo que quieren ver.
Quedan así misteriosas circulaciones.
Espasmos entre el afecto, la emoción, la lágrima y el misterio.
¿Paisajes pintados en los vidrios? Si!
Un café con leche, una inyección, unos pantalones que huelen a mierda,
La naricita de una mujer, con el alcaloide y el bronceado del verano.
¡Sonríe te estamos filmando!!, dice el cartelito. Que importa.
Y las manos de alguien que despliega una cortina.
La calle desangelada. Brilla el filo en el pescuezo como la luna.
-¡Qué loco mundo! ¡Cuánta noticia de mierda en primera plana! ¡Vio!!
-¡Ajá!
- Y las columnas de La Capital son del pueblo. ¿Qué pueblo?...
Toma un pucho gastado, exhala y sigue...
-Sin darte cuenta el asesino pasa a tu lado, sonrisa plena, perfil bajo,
con su revólver oxidado y una bala para su ritual.
-Hasta luego mi amigo. Cuídese.
-No le haga caso a los locos , cuídese. Hasta luego.
Océano de vagabundos incoherentes. Me digo. Me oigo.
La sangre de los caídos es rebelión.
Las balas que vos tiraste van a volver y se va llenar de yuta el paredón.
Pero dale alegría, alegría a mi corazón, dice Fito en una disquera.
Dale que se puede dice un político (los muertos que ríen) en un eslogan.
Un poco adormilado tal vez pienso
Y es demasiado tarde para salir indemne de la pesadilla... -