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LOS OLVIDADOS
No importa el camino anterior. Ahora me estoy metiendo monte adentro, viendo su espíritu. Un lugar distinto, distinto y siempre igual, como todos los lugares son iguales a sí mismo, pero entre ellos se desconocen, se comparan se admiran, se engrandecen y nos desorientan.
¿Importa acaso el lugar? Puede importar y mucho, pero lo que me sustrae no es el lugar sino el hecho de no seguir metiéndome en el paisaje del lugar, sino, el lugar se va metiendo dentro de mí, junto con su gente y ese conjunto se apodera poco a poco de la voluntad que se abandona en una metamorfosis desvinculada de la voluntad, amalgamando los hechos de forma natural.
¿Importa acaso el hecho que nos aglutina? Desde algún punto de vista, sí, pero quiero prescindir del hecho y vincular las emociones del conjunto, como una cosa única, algo que de pronto se desata y ata, nos sumerge en una sucesión de cosas, cosas porque no esperamos nada y de pronto algo sucede, un algo imprevisto. - ¿Un imprevisto? - Si un imprevisto. Acaso ¿Se previenen las emociones? No, de ninguna manera, todo sucede y de pronto las palabras se amontonan, como si una tranquera las detuviera, quedan atrapadas en un alto del tiempo, esperando pacientes que el nudo se deshaga para salir despacio, salir y decir cosas no acertadas, como disculpando la incongruencia por un desatino involuntario; como puede sucederle a un boxeador después de un golpe no esperado y ves al otro con la mirada esquiva, evitando que mires sus ojos vidriosos, que vea tus ojos vidriosos y el chiquilín apretado a las piernas de papá, inmerso en un mundo de sueños que desconoce.
…Después, escuchas un gracias y otras palabras dirigidas a vos, entonces recurres, a la lista de tus palabras buscando las más adecuadas, pero ninguna coincide para formar la idea que pugna por saltar y decir… ¡No, nada me estas debiendo, nada que agradecer! ¿Es posible que no llegues a comprender que yo te estoy agradeciendo? No soy un mártir, no soy un benefactor…solamente soy alguien que en otro punto de este país vio tu sacrificio, vio tu lucha, vio, como engrandecías lo que llamamos patria, la llamamos patria y con un tremendo egoísmo nos permitimos ignorar el sacrificio verdadero dándole importancia a palabras vanas, palabras que dan calificativos, designando como importantes a personas casuales que son menos importantes que una ameba. Son señores. Rodeados de opulencia, mistificadores, aduladores, son señores injustos, perversos, nefastos y despreciables. Un mundo tan real como injusto, tan injusto como eterno, un mundo que viene de los tiempos y se proyectará en los tiempos.
En este punto quisiera llorar como un niño y abrazar ese niño para decirle: No te quedes con las migajas que te ofrecen, lucha por la vida, por la vida digna, con la mirada desafiante sin arrogancia, pero con determinación, lucha por tus derechos, este es el lugar, tu escuela, tus maestros, tus padres, hermanos, tus animalitos; respeta pero no te arrodilles ni bajes la cabeza, Ancocha o cualquier lugar que por pequeño o escondido que esté, tiene la misma significación de grandeza, como la más grande y poderosa de las ciudades.
La palabra es más temida por los poderosos que la espada. Cristo fue muerto y crucificado, por el temor a sus palabras. Los tiranos hicieron piras con los papeles que guardaban las palabras. Las armas dan poder, pero no razón. La razón se discute, se gana con la verdad de las palabras. Pero debes saber darles su uso adecuado y también defenderte de las palabras, porque también ellas pueden condenarte al igual que te someten las armas. Para ello debes subordinar la palabra a tu alma, si a ella la has forjado con la verdad con la justicia, entonces podrás vencer y descansar en paz con el universo. En un abrazo último le digo al niño que está en mi abrazo. Estudia, lee, comprende y serás feliz.
El hombre que trata de ocultar sus ojos vidriosos es el padre del niño abrazado a sus piernas, el otro que esquiva la mirada soy yo y los tres somos el comienzo del problema que consiguió quitarme el sueño. El sueño físico, el sueño de dormir y darle paso al sueño que no necesita del cansancio sino de la necesidad de soñar un mundo distinto.
Ancocha es un lugar de ese mundo y en ese mundo una escuela y en esa escuela transcurre la vida y la tragedia de una nación con rincones olvidados, habitados por personas tan olvidadas como el polvo reseco de sus caminos, o la cascara endurecida de esa misma tierra, cuando el sol la condeno a ser tierra dura y reseca esperando otro poco de agua para poder volver a ser barro.
Pienso que esos hombres, esos niños corren el mismo destino de su olvidada tierra. Hombres y niños esperando ansiosos un poco de agua. No tienen las facultades o las habilidades para descascarar el problema y encontrar la solución. El agua está ¿pero dónde está? está en una charca en la que se revuelcan los animales y de esa charca retiran los restos de basura y llenan sus tachos con esa agua, la cuelan y beben.
Doscientos años de independencia, doscientos años de olvido y la misma miseria. En la plaza libertad, una hermosa fuente deja fluir el agua, la provincia recibe a los turistas con sus galas y caminando un poco monte adentro encontramos el olvido.
La pampa húmeda está ahogando a sus habitantes, los está rodeando de agua y los está condenando en vida, como una paradoja increíble, los destinos son opuestos pero de igual final.
¿Por qué el olvido? Porque son pocos, porque esa tierra no da muchas riquezas, porque son áridas, porque para arrancarle sus frutos se necesita mucho esfuerzo.
Hace cuarenta y ocho años el hombre llega a la luna, explora el universo; los mares son cruzados con miles de barriles y son explorados los mares en busca de petróleo.
En 1948 se crea el estado de Israel y su economía, porque no su nacimiento, tiene origen o sustento en los kibutz (unión) de la población judía anterior, provenientes principalmente de Rusia.
Algunos o la mayoría, proliferaban en zonas fértiles, pero, otros, luego hacen del desierto un jardín y granjas altamente productivas.
Los puntos extremos de Argentina, desde Tierra del Fuego a Jujuy, Salta, Neuquén, Mendoza y provincias intermedias, como si fueran organizados caminos de hormigas son atravesados por los distintos gasoductos: Gasoducto Nor Andino, Gasoducto Gral. San Martin. Gasoducto Atacama, Gasoducto Norte Campo Duran, Gasoducto Centro Oeste, Gasoducto Cordillerano.
En el grafico se puede observar la relación del crecimiento en producción del petróleo en nuestro país en 97 años.
Seis mil toneladas diarias de residuos, solamente en la ciudad de Buenos Aires, residuos que resulta un problema de difícil solución.
Todas estas consideraciones anteriores, nos permiten inferir que están todas las condiciones dadas para solucionar los problemas de los olvidados.
Las soluciones a los problemas vienen de la mano de la información, la información se da en las escuelas y universidades, con la información y el conocimiento, el hombre decide y llega con mínimos recursos a la solución para los olvidos por siglos.
Para que esas tierras puedan ser productivas, debemos tratarlas. Toneladas de basura pueden ser convertidas en compost. El proceso es lento pero eficaz y tres meses es un tiempo real y suficientemente corto para comenzar pequeños cultivos.
Diez años son mucho menos que dos siglos y en ese tiempo tendríamos grandes extensiones productivas, de valor no solo para los olvidados, sino también para el país.
Primer paso, concientizar, educar y apoyar a las comunidades, desde la escuela.
Segundo paso, escuelas regionales de nivel secundario, para fomentar y mostrar las técnicas de productividad y prestación de compost.
Si el estado de Israel, pudo hacer florecer un desierto, en condiciones mucho más desfavorables, se puede lograr una solución integral y de fondo para muchísimas zonas hoy y ayer olvidadas.
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