Inicio / Cuenteros Locales / tsk / Aventuras y desventuras de una meretriz en Barcelona, seis.
No sé si lo he contado ya. Creo que no. Lo haré. Cuando me presenté en Barcelona iba con lo puesto,una pequeña maleta y unos ahorrillos en la cartera. Atrás quedaba, no sólo el pueblo, sino una manera de vida. Sin contacto interior alguno, ni nadie que pudiera reprocharme nada, me metí al viejo oficio como ejercicio libérrimo propio y para lograr mantenencia.
Los primeros polvos- por si hay alguien interesado en la materia- no se disfrutan. Se tiñen de un mercantilismo que acaban aguando la fiesta. Luego se empieza a disfrutar. Y cuando se llega al polvo mil, hacer el amor es como atarse los zapatos. Pero se cobra. Se cobra. Ningún mejor incentivo que tales emolumentos. Al final una se hace la cuenta de que se le paga por un hecho tan pueril como
el de atarse los zapatos- en su relevancia, me refiero.
Las primera cartas a mi madre decían eso.
" Un trabajo facilísimo, madre. Más aún que atarse los cordones de los zapatos". |
Texto agregado el 07-10-2017, y leído por 95
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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08-10-2017 |
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Equivalente a los primeros pasos. Excelente. Deojota51 |
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