No es de extrañar que cruce de árbol en árbol dejando en cada rama evidencias que seducen a la caracola más exigente.
Por acá
la tarde es una gallina clueca, pelona del cuello,
que cuida con celo sus aves.
Aves que dejarán en las enramadas, luces sinfónicas como aquellas rokolas que percutían en los viejos cafés.
La primavera cumplirá para que los colores despierten a las flores y los humanos mediten que la vida aún nos quiere.
Texto agregado el 01-10-2017, y leído por 174
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Lectores Opinan
02-10-2017
Siii...y además la prima Vera, tiene unas peras, peritas en dulce. Ja, ja ***** grilo