Dejemos de repetirnos tanto las mismas negativas y situaciones.
Huyamos de esta ciudad espejismo que se refleja a sí misma cada vez que despertamos.

Ya me he repetido tanto el mismo plato que partir de cero nuevamente sería una verdadera utopía.
Es una verdad fundamentada en la mentira de un pensamiento futuro esperanzado en la imagen de mi cara sonriente corriendo por las mimas calles.

Mejor devolverse de una y reencarnar en las palabras agraciadas del pasado infantil que nos enseñó a leer y a escribir oraciones tras oraciones, pegado de lleno en las pizarras de tiza y tinta que nos colmaron el cerebro.

Sigamos fingiendo desconocernos. Repetirlo nos hará creerlo. Probablemente así me pueda presentar de nuevo.

El cielo sigue ardiendo de estrellas, nubes y anhelos.
Pronto se vienen las últimas lluvias del peor año.
¿Saltaremos los charcos? ¿O dejaremos mojarnos los pies con las lágrimas acurrucadas en el cemento?

Vivamos la primavera de Valpo.
Una más al contador de destellos.
Una más para el libro de los recuerdos.