Hoy se cumple exactamente un año desde nuestra despedida, desde que habláramos por última vez, desde que te vi marchar para no regresar.
Desconozco si fue una dulce melancolía la que me condujo al viejo bar que soliamos visitar, o tal vez me hace falta revivir aquel triste recuerdo que aun juega susurrando inolvidables secretos en mi memoria.
Es grato saber que el "Blues Café" nuestro cómplice bar aun mantiene esa mística blusera de antaño, a pesar del paso del tiempo el lugar se niega a envejecer, manteniéndose vivo se aleja de aquella modernidad que asquea, que carcome y destruye el espíritu del verdadero poeta.
Desde la oscuridad escurre el blues de Stevie Ray Vaughan uno de los mejores "bluesman" de la historia.
Una tormenta de emociones provenientes de mi alma se entrelazan con las notas musicales que escapan de la guitarra de Vaughan, una antigua Fender Stratocaster que el músico bautizaría como "Number one"
En una roída servilleta escribo frases al azar, líneas cargadas de tu recuerdo; mis afectos que se niegan al manto del olvido; sé con certezas ciegas que jamás llegarás a leer mis prosas.

"Extraño tu sudor
quemando la piel
de mis labios...
Extraño mis alegrías
pintadas en tu desnudes
que voga a la deriva en un
océano de sábanas..."

Adoro el aroma a café negro recién molido, ese olor que escapa de mi taza al agitar el oscuro líquido con la cucharilla de metal, aquel aromático bálsamo subiendo y alejándose en espiral junto al humo de mi cigarrillo mal apagado.
Traigo conmigo añoranzas de nosotros, retazos de un pasado consumido por el vaho del olvido. Muchas veces tengo miedo de faltar a mi promesa relegando tu rostro y lo que juntos vivimos, dejar que las arenas del tiempo cubran con su polvo nuestro amor y cariño.
Entre los aullidos de una sombría penumbra observo la silueta de una pareja de enamorados; ellos conversan tomados de sus manos, ambos comparten vida. Sus ropas son de color de negro igual a nosotros cuando nos vestíamos de juventud; seguramente se vuelven a enamorar al reír de cotidianidades. Buscan que sus labios les pertenezcan bajo el embrujo del buen blues de Stevie Ray Vaughan.

"Extraño beber de tu cuerpo,
dulce poesía purificadora
de mis años tristes.
Rimas que alimentan
y encantan
las incertidumbres de
mi camino..."

La luna llena invitada nostálgica me sumerge en un acogedor infinito de colores azul, cálido hechizo filtrándose bajo las danzas de aquellas blancas cortinas que cuelgan desordenadas desde los grandes ventanales. Largos dedos de luz se mezclan con cada una de las notas musicales de un nostálgico blues.
Ahora todo pareciera mucho más claro, todo lo que nunca nos dijimos se consumen sobre los nudos de nuestra mesa de madera. Con la yema de mis dedos dibujo cada sílaba de lo que debí decir, silentes párrafos acarician los sentimientos que debían tomar nuestras vidas para llevarlas muy lejos del pacifico y armonioso averno en donde yace lo que una vez fuimos.

"Extraño aquella acogedora
sombra desprendiéndose
desde tu mirada perdida.
Encontrarte sin rumbo
en las tormentas de tus
pesadillas extravíadas.
Se feliz...
Muy feliz...
En tu eterna búsqueda..."