Soy un vertedero de basura cósmica
donde van a parar hasta las mentiras más piadosas.
Soy un cadáver vivo lleno de murciélagos de terno y corbata,
una alucinación de LSD
o una mariposa muerta en la nieve.

Soy vómito de estrellas
y ladridos de perros salvajes.
En mí nada se contiene
todo avanza como aluvión o sismo depredador.
Yo no siento lástima
y jamás he derramado lágrima por algún dolor.
Todo me da lo mismo:
la muerte por amor o por accidente
nos lleva al mismo hueco de tierra sepultada.
Me aburren las ceremonias
y los actos vestidos de formalidad
por mi piel no entran cruces ni himnos de nacionalidad.
Yo soy un círculo cerrado
donde solo germina lo oscuro y la maldad.
Mandatado por la cocaína
mi fusil se dispara contra todo acto de hermandad.
Soy un individuo cercado por mis intereses
mando al diablo la religión y los actos de humanidad.
Enemigo de todo y de todos
solamente reconozco como hermana a la nada vacía
y mis gemelos son los demonios de la desesperanza.
Mi manifiesto es mi yo cerrado
para que ningún puro pueda entrar.
Me rebelo contra ustedes y contra todo
sin importar el precio que deba pagar.
Al fin y al cabo estamos todos desnutridos de alma
y el hueso de nuestra materia
se muestra como día que acaba de despertar.