Ya es tiempo de volver a casa
nada queda por hacer en esta tierra extraña;
quiero volver a ver el cielo limpio de mi infancia
las flores dulces del jardín que labró mi madre
y escuchar la voz gruesa de mi padre.
Quiero volver a dormirme bajo el techo de entonces
donde crucé océanos de sueños interminables
hundido en la vieja cama de madera
que crujía hasta con mi más leve suspiro.
El patio ancho y largo como esperanza
donde crecían plantas venidas de todas partes
y los pájaros cantaban de salto en salto
entre ramas y hojas de árboles con distinto nombre y apellido.
Es tiempo de volver a casa
con las canas de la vejez y las cosechas de toda una vida
quiero volver a saludar la mañana
desde la ventana de siempre
donde solo mis ojos veían el el sol claro
desnudarse todo el día
para dar luz a todos los rincones
sobre mi pecho y bajo mi alma
sin pestañear ni bostezar.
Ya es tiempo de volver a casa
ya todo lo malo está olvidado
en viejos cajones se pudren mis odios de antaño
y una nueva primavera se dibuja en el iris de mis ojos.
Salgo como niño en su primera aventura
huelo a beso recién ofrendado
y tengo en mis labios el sabor del pezón materno.
Vuelvo a mi casa de siempre
donde nunca hubo lágrima
y el olvido blanco sepultó al olvido negro.