- Hola mama, la llamo para contarle que el lunes vuelvo a casa.-
- ¡Hijo mio! Terminó la guerra, gracias a Dios!!.-
- No mama, siento decirle que me dieron la baja porque una granada se llevo mi pierna.-
El silencio traspasa el teléfono y escucho a mi madre que llorando me dice:
- Mire hijo, no se preocupe. Vuelva acá lo estaremos esperando junto a su tata y sus hermanas.-
Pasaron unos días y un vuelo me va llevando de regreso con los demas soldados. Recuerdo que con mis 18 años un buen dia tuve que ir a servir a mi patria.
El avión toca suelo y me persigno. Solo no podia bajar asique mis compañeros me ayudaron, aun me espera una larga recuperación.
En el aeropuerto me esperaban mi tata, mi mama y mis amigos de la infancia con una bandera celeste y blanca.
Lo primero que hice fue abrazar a mi mama.
- ¡He vuelto mama! ¡Cuántos amigos quedaron sepultados mama, vi tanto horror que no se si podré dormir! -
Todos me abrazaron y volví al campo. Defendí mi tierra , aunque nunca supe porque unos generales me llevaron a luchar en semenjante hazaña cuando solo sabía labrar, ni siquiera sabia  leer, era solo un campesino que tenia 18 años...
Pasó el tiempo, hoy ya tengo 59 años. Vuelvo cansado del campo y Griselda,mi esposa, me grita:
- ¡Martin ya está la comida! Mira que hoy hay que ir al pueblo, dicen que le harán una fiesta a los veteranos de guerra-
"¿Pa que?" me pregunto yo, si toda una vida solo quise olvidarlo todo.
Miro mi pierna de palo, aprieto los dientes y trago el guiso que me sirvió mi esposa.
Mientras, pienso "¿Por qué existe la guerra?". Miré a mis hijos y simplemente los abracé, mas ruego que por la paz mundial se siga luchando porque no quiero para mis hijos o nietos todo el horror que yo he vivido...

Alasblancas