Éramos jóvenes, no éramos tan santos, pero la pasábamos bien, éramos jóvenes, nos creíamos inmortales y nos reíamos del peligro y del que dirán. Éramos jóvenes, no tan apuestos, pero seguros de nosotros mismos, éramos jóvenes, teníamos sueños, pero ya no hay vuelta atrás.
Hoy me contaron que Danilo está preso, que Constanza es madre soltera de tres niños, que Héctor se está rehabilitando, que Eduardo lucha contra el cáncer y que Ramiro, el pobre de Ramiro se cansó de vivir.
Éramos jóvenes, lo teníamos todo para ser felices, pero de aquella época dorada ya no queda nada, a lo más una foto descolorida en un anuario. |