Lo siento, pero antes de intentar abrirle las puertas de mi vida a alguien nuevo, tengo la necesidad de estrecharte un abrazo. Un abrazo fuerte, con las ganas de todos los abrazos que he querido darte durante todo este tiempo y que no lo he hecho por cobarde. Por miedo al rechazo. Un abrazo como los de antes, hundiendo mi nariz en tu cuello para impregnar mis pulmones con tu aroma, con las manos curiosas acariciando tu espalda suavemente. Un abrazo que guarda tantos anhelos como certezas. El anhelo de que nos queramos de nuevo, y la certeza de que eso no pasará nunca.
Necesito darte ese abrazo, como los de antaño, sintiendo tu calor y tú el mío, hasta las palpitaciones de tu corazón. Un abrazo tan deseado por mi parte.
Lo necesito. Para saber si estoy lista para iniciar una nueva etapa. Lo necesito para por fin poder despedirme. Con un abrazo. Como si fuesemos amigos.

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Es extraño cada vez que veo tus fotos. Cuando recuerdo algun momento que vivimos juntos, cuando pienso en las cosas lindas que me dijiste, o en las veces que solo guardamos silencio juntos. Cada vez que pasa por mi mente alguna cosa vivida contigo, siento frío.

Mi corazón está frío como el hielo.