El buen Avelino, joven y brillante ejecutivo, experto en las lides del amor, salaz y concupiscente, trataba de convencer a Dulceflor, núbil y candorosa doncella, de que le hiciera entrega de la impoluta gala de su doncellez. La jovencita se negaba con denuedo, pero, al sentir el llamado de la naturaleza debido a las ardientes caricias de su galán, sus palabras melosas y una falsa promesa de matrimonio, accedió. Durante el “foreplay” ella dijo:
—Ay Avelino, así no se puede hacer nada contigo.
—Ay Avelino, así no se puede hacer nada.
—Ay Avelino, así no se puede hacer.
—Ay Avelino, así no sé.
—¡Ay Avelino, así!
—¡¡Ay Avelino…!!
—¡¡¡Aaaay…!!!
Nota aclaratoria: publique este mini cuento en “Creatividad internacional” (red de literatura y cine). Me culparon de plagio, nada menos que del novelista Guillermo Cabrera Infante, y me expulsaron de la red. Soy sincero, la trama es de autor anónimo y la acomodé en un cuento.
Les pido a ustedes si me ayudan y saben si acaso Cabrera Infante la publicó y donde.
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