LOS MOLINOS DE PIEDRA MOVIDOS
POR FUERZA HIDRAULICA
Socotá y la industria molinera.
Dimas Rodríguez Rodríguez, de la vereda de Guatatamo, fue pionero en esta industria. En 1807 puso a funcionar, el molino de piedra movido por agua.
Para su funcionamiento se necesitó de una casa en tapia pisada construida exclusivamente para el molino. Adentro, unidas por un eje había dos piedras talladas, entrecruzadas que molían los granos de maíz, trigo y cebada, y en la parte externa, por el centro y por debajo de la casa, estaba diseñado en una media luna, unas aspas de madera que giraban al hacer contacto con un chorro de agua que era llevado a través de una zanja, proveniente de las quebradas o ríos que descendían del páramo. La harina se recogía en unas artesas.
La maquila por moler una arroba de granos, era una totumada de harina. Durante muchos años por estas tierras se vieron romerías de todos los pueblos vecinos en pro de conseguir harina para el sustento.
En la actualidad hay muy pocos molinos hidráulicos, solo quedan algunos funcionando a medias en Socotá, en las veredas de La Vega, Guatatamo, Cómeza y en la vereda vecina de El Curital, muy cerca de los ríos Cómeza y las Pailas, y otros qué en décadas anteriores, tuvieron su esplendor, por la cantidad de granos que llegaban al molino para procesar, como maíz, trigo y cebada; solo quedan las ruinas, como el de doña Soledad en La Vega.
Estos molinos fueron muy importantes, porque allí, los que llevaban los granos a moler y que venían de diferentes veredas y pueblos de Boyacá, establecían ciertas relaciones sociales, de donde provenían los encuentros con los amigos y los noviazgos, que más tarde emparentaban y sellaban con las fiestas de dos o tres días de matrimonio.
Todo este ensamblaje de la molienda, se vino decayendo, por las políticas gubernamentales, de no apoyar a los campesinos en la producción agrícola, como por ejemplo la importación de cebada; lo cual conllevó, a qué con el auge del carbón, las parcelas fueran abandonadas, y solo en ellas quedaran los ancianos, sin ninguna posibilidad de producción.
Seguramente las nuevas generaciones no conozcan de estas moliendas, que fueron durante muchos años, el sustento de las familias campesinas Socotenses y eran quienes abastecían el mercado de harinas y cereales en la región.
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