Te vi alejarte una mañana de tantas, si, te alejaste de mi y el tiempo despues te fue cambiando... el hombre a quien un día ame, solo existió en mi pasado.
Se te endureció el corazón, tu alma se hizo de hielo... y te volviste el viento... frió, indiferente, alguien que esta y no esta, algo que pasa y no sabe tocar y se va.
Se evaporó tu calor con el agua de las lluvias y poco a poco se esfumó tu ternura. Tus palabras se las llevó una ráfaga de aire, y el fuego de tu pasión se apago y al pasar el tiempo se acabó tu sonrisa, y olvidaste tu forma de mirarme ... ya no pudiste percibirme, y el resultado de eso fue que . . . ya no supiste amarme.
Tu memoria olvidó los momentos que viviste conmigo, borró la alegria y las risas, y ni la primavera que llego en marzo te recordó mis cincuentamil "te amo"... y la imagen que tenias de nosotros la borraste como se borran las cosas desagradables que no se quieren recordar.
Con la brisa del mar ahogastes mi nombre de tu historia, me hiciste desaparecer, construyendo de la nada una indiferencia a mis recuerdos y te encerraste en un mundo donde yo no existía.
Hoy... hoy ya no eres ni la sombra de aquel a quien una vez ame, del hombre del que un día me enamore con los ojos cerrados. Del hombre felismente enamorado y lleno de ternura, amor y ternura que muchas veces me hisiste sentir . . . y me dejaste ver, de eso ya no quedo nada. Ya no eres aquel a quien yo ame con todo mi corazón. . . aun, muy a mi pesar te sigo amando aunque ya sin ilusiones ni esperanza. Vive tranquilo, yo estoy tranquila todo bien |