Ahora que ha pasado el tiempo, recuerdo las bellas tardes junto a ti caminado a paso lento por las calles de nuestra ciudad. A veces callada, a veces conversadora.

Recuerdo mientras paseábamos por el sendero, tu mano en mi cintura y la mía en tus hombros. Éramos felices.

Recuerdo cuando nos reíamos al pasar por los parques de nuestra ciudad y las pocas anécdotas que en el olvido quedarán. Pero…

Pero todo ya es mentira. El sonido de la música de antaño que guardaba tu recuerdo ya no me produce la esperanza que sus letras significaban. Ya no más. Que bueno. Reemplacé estériles sueños y miedos por tranquilidad. Una tranquilidad esperada. Reemplacé a la mujer, reemplacé el llanto silencioso de la pena y desesperación de pasados días. Reemplacé los recuerdos, reemplacé las horas muertas.