Poema
UNA SILUETA EN EL CAMINO
En el punto cardinal hacia donde marca el viento su rumbo en la veleta,
se dibuja una silueta.
Por el largo camino que va desde la Osa Mayor hasta la Cruz del Sur,
transita un imposible.
Son distancias enormes e intrincadas que atraviesan barreras siderales,
en busca de un destino.
Por la carretera neuronal que desde el cerebro se derrama en nervios por el cuerpo,
viajan pulsos que portan letras.
Manos se confabulan con un teclado, atrapan esas letras y las hacen palabras,
que un poeta las transforma en verso.
Los versos se imprimen con tinta en hojas de papel y se dibujan en páginas virtuales,
las cuales los lectores las hacen poesía y acortan las distancias.
En un cruce de caminos una mujer también lee esos versos, los ordena en estrofas,
Y los lee en voz alta mientras mira el horizonte.
Por el periplo en espiral del tiempo que acerca la imaginación a la realidad,
vislumbra una silueta…
… se enciende un fanal, se abre una puerta, y en la virtualidad de la esperanza,
la mujer… espera… espera mientras en sus retinas, se va dibujando la silueta del poeta.
En geometría la distancia más corta entre dos puntos en el plano, es la línea recta,
y es curva al situarse en el espacio transformándose en un arco de puntos equidistantes.
Pero… las distancias del amor no se miden en metros, grados de arco, tampoco en años luz;
y nunca son caminos rectos, pues tienen curvas, contra curvas, subidas, bajadas y dilemas;
son emociones y sentimientos que sólo admiten ser medidos por el concepto: corazón.
Se encienden mil farolas, se abren puertas y ventanas,
y en la esperanza hecha realidad,
la distancia enorme que va desde la Osa Mayor hasta la Cruz del Sur,
ahora es sólo un paso.
Y mientras el camino de ida y vuelta lo recorren los impulsos sensoriales
al y desde el centro del cerebro,
la mujer ya no espera… frente a ella está además del verso y la silueta,
la mirada y el beso del poeta.
Incluido en libro: Cuando las letras vuelan
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