Cada vez que hago una pausa en mis lecturas,
me acuerdo cuando me sorprendías abrazándome por la espalda y me traías un café, espumoso como a vos te gustaba.
No sé por qué te escribo y solo espero que estés bien y que algunas veces me recuerdes también.
Nada más quería contarte que aprendí a estar solo y que sigo siendo el mismo tipo aburrido que no mira tele y lee todo lo que puede.
También no me quiero olvidar que el atardecer de hoy hizo que me acordara de las veces que el horizonte me acompañó cuando ya no estabas.
Sé que no me vas a leer pero igual quería que sepas que, cuando estoy sólo, los fines de semana cocino la misma comida que te gustaba y escucho la canción que con vos bailaba y de vez en cuando tomo vino y toco mi guitarra.
Ninguna mujer me busca, nadie me llama y sin embargo yo sigo aquí en mi morada sin buscar a nadie tampoco porque solamente tengo para ofrecer poemas, canciones y esas cosas en esta moda ya no andan.
Te dejo un abrazo en el viento, seguro te va a llegar cuando menos lo esperes o cuando sin querer al leer un poema o escuchar una canción también vos me recuerdes.