Poemas
LAS MARIMBAS ME LLAMAN
Quisiera explicarlo, no puedo,
Porqué, Guatemala me atraes.
Serán tus paisajes, tu gente,
será el sonar de marimbas,
¿O será un par de ojos que sueñan?
Será la flor de la ceiba,
serán fragancias de orquídeas,
pueden ser tus colores tan bellos,
¿O quizás unos labios muy rojos?
Será la placidez de tus playas,
tal vez los volcanes que truenan,
¿O será la inquietud de una piel?
Serán los versos de los poetas,
que te cantaron y hoy cantan,
¿O los poemas de una joven mujer?
Yo vengo del frío de sur,
trepo por América buscando calor
como cóndor de Andes nevados,
y al volar por tus montañas,
las marimbas que están vibrando
con “Noche de luna entre ruinas”,
siento que me están llamando.
En letras allá voy Guatemala,
por ahora en experiencia virtual,
pero si algún día el viaje fuera real,
quisiera que ella la joven poetisa
que escribe y dibuja el amor,
con sus brazos abiertos me quiera esperar.
BRISA CON SABOR A CAÑA Y MIEL
Siento en mi cara una caricia, del norte, brisa tibia
que brota en la resaca que ha dejado un temporal.
Esa brisa trae sabores fuertes de Caribe, caña y miel,
mezclados con ensueño, aventura, candor y joven piel.
Veo el horizonte de montañas que insinúa un arco iris
pintado con rubor de tus mejillas y el color de tu país.
Estoy viendo con tus ojos la belleza de esa tierra,
donde el viento se viste con las plumas del quetzal
y la orquídea monja blanca reza y canta su plegaria,
enredada entre las ramas y la niebla caprichosa.
Mientras la luna corre con temor de niña enamorada,
que jugando a la escondida con la Ceiba altiva,
se sumerge creciente y rebosante en las aguas de Izabal
o menguante adormecida en el espejo azul del Atitlán.
Oigo un rito maya que emergiendo del fondo de los tiempos
se hace actual en los bosques de Chimaltenango y El Quiché.
Luego con tus oídos escucho el vibrar caliente de marimbas
que incitan a entallar tu cintura de América cimbreante
y recorrerte en un abrazo del levante hasta occidente…
Palpo en ti con mis manos ávidas, ajadas y resecas
la humedad aromática y caliente del centro continente
y mis labios liban de tu boca el sabor de fruta tropical.
Te veo, te oigo, te toco, te pienso como luna creciente,
te siento como mar impetuoso y volcán que quiere estallar
y luego soñando, recorro contigo: Guatemala, tu tierra natal.
Incluidos en libro: Romances al viento
©Derechos Reservados.
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