Todo su cuerpo le daba indicaciones. La majestad de esos labios perfectos lo encandilaba. Su ojos iban desde aquella boca que nunca paraba de hablar hasta el sinuoso camino hacia sus senos. El voluptuoso sostén apenas lograba contenerlos. Sus manos le exigían detenerse allí, pero los pensamientos marchaban a máxima velocidad imaginando otras zonas para explorar.
Finalmente aceptó el consejo de sus oídos. Saludó a su novia y se fue.
Texto agregado el 17-08-2017, y leído por 199
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Lectores Opinan
19-08-2017
Sostén y voluptuoso; casi imposible no hablar sobre senos. Buena solución. eRRe
18-08-2017
¡Oh, no!... Creo que tomó la decisión equivoca. Tenía que haberse convertido en el lobo feroz. Ja, ja. Buen texto. maparo55
18-08-2017
Y bueno... algunas veces si... otras no. Interesante texto.
Avespaciano
18-08-2017
Noooo... Cobarde, ja ja ja. Cinco aullidos sudorosos yar
17-08-2017
¡ Ay Dios!,qué desperdicio.Me encanta.UN ABRAZO. gafer