LA PELEA
Santiago y Felipe eran dos empleados de oficina de gobierno. Eficientes y puntuales en su trabajo. De trato amable y respetuoso con las personas a quienes atendían. Los dos hombres eran entrañables amigos pues había entre ellos empatía y mucha simpatía. De gustos afines, solteros los dos y ambos fanáticos de los deportes sin practicar ninguno.
Aquel viernes acordaron reunirse en el bar que frecuentaban después del horario de trabajo. Al atardecer llegaron al lugar contentos y dispuestos a pasar juntos unas horas de camaradería. En el calor de las primeras copas abordaron temas insulsos nada más para irse ambientando. Qué si las nalgas de la nueva del departamento de contabilidad, el mal humor del gerente o el accidente de Carolina la recepcionista a quien ya se le notaba el embarazo. Qué si esto o aquello, en fin, todo el chismorreo propio del ambiente laboral donde pasaban casi la mitad de su vida. Temas baladíes que bien pudieron haber quedado bajo llave en la gaveta especial del archivero de Amalita Fonseca, donde los rumores pregonaban que aquella empleada guardaba celosamente los vibradores que la consolaban en sus noches de viudez.
Un rato después y varias copas más, la conversación entre los dos amigos devino en temas deportivos, para ellos de mucho interés y agrado. Y como era de suponerse terminaron hablando de la pelea de box próxima a celebrarse entre Kid Piñones y Ruco Salvatierra.
Felipe y Santiago eran verdaderos expertos en asuntos boxísticos, casi sin proponérselo trataron de imponer su punto de vista sobre el del otro. Muy rara vez diferían en opinión, pero las condiciones deportivas de los rivales de aquella pelea y el alcohol ingerido polarizaron el ambiente. Los amigos esgrimieron sus argumentos:
Kid Piñones, es más joven, él ganará. Dijo Santiago.
La veteranía da experiencia, Ruco Salvatierra la tiene de sobra. Contestó el otro.
Pero el Kid ha ganado todas las peleas por Nocaut. Insistió el primero.
Ruco ha perdido una de cuarenta y tres. Piñones solo tiene trece peleas. Ripostó Felipe.
Además Ruco tiene muy buena defensa.
El Kid más punch en los puños.
Ganará el Kid.
Ruco será el vencedor.
De pronto la capacidad argumentativa de los amigos vino a menos, así como la sobriedad. Muchos dimes y diretes, apuestas cruzadas y bastantes copas después la forma de debate fueron los insultos entre ambos. Empecinados en ganar su pelea terminaron liados a golpes. Se dieron con saña, hasta con la cubeta, como se dice en el argot pugilístico.
Al día siguiente, postrados cada cual en su cama de hospital, molido los cuerpos a golpes y algunas fracturas, leían la sección de deportes del diario
la noticia sobresaliente era sobre el combate entre Kid Piñones y Ruco Salvatierra: ¡la pelea se había cancelado!
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