Esperaba con ansias que su marido se acostara a la hora acostumbrada. Su sueño era tan profundo que ningún ruido lo despertaba con facilidad. Cuando al fin se dormía, ella permitía la entrada al vecino por la puerta trasera de la casa.
La pasión era tan fuerte entre ambos que los gemidos nunca despertaron al marido; que en su imperturbable sueño se revolcaba con la esposa del vecino cada noche.
Texto agregado el 06-08-2017, y leído por 131
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Lectores Opinan
07-08-2017
jajjajajaj es bueno, solo que la esposa tenia que bañarse y el que soñaba no. Abrazo sendero
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