Hoy soñé,
Ayer desfallecí entre los versos por recontruir,
Y en un pasado reciente
Expuse al sol mis heridas
Y todos se burlaron de esta muchacha imprudente.
Expulsé del vientre un bolo de mariposas
Y las enterré en tierra fértil
para que el amor que di no se reinvente,
Apagué por una las estrellas
Y refregué mis lágrimas ante la pequeña muerte.
Dios no existe,
Y si me oye, ¡que se haga presente!,
No por mí
sino por las infancias huérfanas en las calles,
Por la dignidad de los hombres
A merced de la intemperie y del hambre,
¡que se haga presente!
Por el amor que falta,
Por la espuma con sabor a rabia
Y el sudor de alcohol en la frente afiebrada.
Días que trascurren
Lacerando el presente,
Besos que agrietan las bocas
Aquéllas que alguna vez,
Inventaron en el tacto una realidad inminente,
Perversa desesperanza transeuente.
Ya no creo en nadie, mente revolucionaria,
No te culpo de nada, memorias en la piel,
Y el amor no me nació de las tripas convulcionadas,
No volvió la esperanza ni la dulzura de la miel,
Paria narcisista, renacentista de las cenizas,
Ya no podrás ayudarme
A menos que devuelvas a tu alma su lanza,
Y a luchar te decidas.
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