Inicio / Cuenteros Locales / sendero / La fiebre de las ovejas locas
La oveja dejó que la trasquilaran sin oponer resistencia y decidió un alocado estilo ajedrez: cuadrados blancos con negros; así, podría poseer un caballo. Al final, desesperada, tomó su bolsa y se compró un perro ovejero para consolarse.
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Texto agregado el 03-08-2017, y leído por 238
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