Aquí no existe la tecnología, y los dragones vuelan libres sobre el cielo rojizo, el verde de la naturaleza predomina y extrañas plantas fosforescentes se alimentan de bichos extravagantes, el agua es salada y los animales que habitan se alimentan de los frutos que les provee el entorno.
Sin embargo lo que más prolifera en este mundo son un seres de aspecto humanoide de rasgos afilados y tonalidad grisácea erguidos en dos patas con un sistema de comunicación súper desarrollada, habitan en cuevas y se alimentan principalmente de lo que la tierra les provee, limpian sus cuerpos en los manantiales donde habitan animales monstruosos y se pasean por las ramas de los arboles donde depredadores acechan constantemente, cuentan con dientes afilados sin embargo nunca atacan a los seres que coexisten a su alrededor, no entiendo porque existe este código de honor, esta conexión con los seres que cohabitan y la naturaleza pareciera que cada Ser tiene una razón de estar aquí.
No logro entender porque en este mundo tan raro estos Seres siendo superiores a todo lo que los rodea no muestran su poderío, y le demuestran a los demás animales que ellos son los que mandan, no entiendo porque no podan los arboles y crean edificaciones para salvaguardarse de los peligros del exterior, porque no domestican al dragón y lo usan como arma, porque no cazan animales para saciar su hambre en lugar de recolectar los alimentos que provee la tierra y que en ocasiones pueden escasear, porque no usan sus afilados dientes para desaparecer por completo las especies que los amenazan, no logro entender porque delimitan su territorio cuando ellos pueden ser dueños supremos del mundo, porque no usan su comunicación súper desarrollada para ampliar sus horizontes y extender su imperio.
No lo logro entender sin embargo nunca había tenido tantas ganas de pertenecer a un lugar, donde la naturaleza se expresara libremente y se pudiera convivir en paz con todas y cada una de las especies que habitan la tierra, coexistir como una comunidad sin distinguir especies o rasgos, simplemente “Vivir y Dejar Vivir”. . .

José Miguel Torres