En política uno puede esperar cualquier cosa. Un político puede despotricar de otro político (o partido político) diciéndole corrupto y todo esa parafernalia que esa gente suele decirse. Lo curioso es que a veces ese discurso convence. Hubo un político en mi país que en algunos programas decía “Definitivamente la experiencia de [tal régimen] fue una experiencia nefasta en materia de institucionalidad, de Derechos Humanos, de corrupción”.

Ahora resulta que este político aceptó ser el candidato del partido a quien criticó en el pasado... INCREIBLE... Quizás aún haya políticos con valores y convicción. No lo sé..., pero la política se ha convertido en una olla de personajes de dos caras y de doble moral.