Es un animal raro, mezcla de elefante, alacrán y unicornio. Pocos lo han visto y aseguran que tiene el tamaño de un elefante, una larga y amenazante cola de alacrán con su respectivo aguijón en el extremo, una trompa de elefante no menos larga y flexible que la cola, pero sin colmillos, y sobre la frente luce un enorme cuerno a la manera de los unicornios; tiene además, unos grandes y redondos ojos negros que miran dulcemente. Aseguran quienes lo han visto, que es inofensivo y posee una piel extraña de varios colores: azul turquesa, rosa y violeta, únicamente su cuerno es blanco, rojo y rosado. Sobre su ancho cuello luce un collar verde esmeralda, trenzado primorosamente. Al parecer es un animal solitario, tímido y poco sociable. Ha sido avistado en Sri Lanka; también al sur del desierto del Sahara y ahora en México, en las instalaciones del Bioparque Estrella, en Chapa de Mota, estado de México. Los empleados y visitantes del parque, juran y perjuran que nunca han visto animal semejante; no resulta creíble que a una bestia de gran tamaño como ésta, que requiere una cantidad enorme de alimento y agua, nadie se la haya topado. Por mi parte, sé del alacrafantecornio, gracias a un niño de apenas tres años que visitó el parque con sus abuelos, que habla hasta por los codos y que ya se le entiende perfectamente, que lo vio e incluso pudo tocarlo. Los abuelos aseguran que el chico miente, que lo inventó o quizás lo soñó; pero la aparición del extraño animal en otras latitudes, me da la certeza de su existencia y de que debe haber otros. Además, yo le creo al chico sin dudarlo; lo he mirado al fondo de sus ojos y en ellos he descubierto esa mirada límpida e inocente que sólo un niño de esa edad puede tener. |