En alguna noche me dije:
¡Esto no puede venir de ella! Y movía la cabeza como las marionetas que venden en los mercados de vecindad. Entonces cerré el libro y acepté de una vez por todas que tu silencio era una indicación de que la complicidad se había roto.
Texto agregado el 26-07-2017, y leído por 223
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Lectores Opinan
27-07-2017
Hmmm...tenés toda la razón. Besitos, mi Rub tan querido! MujerDiosa
26-07-2017
Que cierto!!!
Cuando existe la complicidad,es también cuando hay amor.
De lo contrario no hay nada*****
Un besito
Victoria 6236013
26-07-2017
Es verdad Ruben en cualquier tipo de relación donde se termina la complicidad, no queda nada Gcarvajal
26-07-2017
Créase o no, el silencio habla. Original y acertada reflexión. Clorinda
26-07-2017
Cuando la complicidad se ha roto, ya no queda nada. Aún si se recupera, es como echarle agua al bote cuando se ha acabado del champú: hace espuma, pero bien sabes que ya no es lo mismo. eRRe