El mar asustado de su carcajada retrocedía; el bosque temeroso temblaba y las hojas cual si fueran dientes chocaban unas contra otras; los hombres ajenos a todo disfrutaban al rededor del fuego...
Las mujeres con enigmáticas sonrisas lo sentían, lo juro ¡Lo sentían!
Ellas entendían el misterio.
La hoguera reía por ellas, reía porque sabía que se acercaba la hora.
La diosa se elevaba lentamente alumbrando el cielo y al percatarse del espectáculo se unió a la hoguera en su risa: se acercaba el momento...
~ Noche de San Juan
Texto agregado el 25-07-2017, y leído por 71
visitantes. (4 votos)